"SI NO TIENES LO QUE TE GUSTA, HAZ QUE TE GUSTE LO QUE TIENES"
De tí depende que tu vida sea feliz,debes escoger tus ingredientes.


domingo, 23 de mayo de 2010

"Los mercadillos"


Tenemos en nuestro barrio un mercadillo que se extiende a la sombra de las torres Kio, por la avenida de Asturias.
La calle se hace peatonal los domingos y festivos, por lo que puedes pasar fácilmente una hora recorriéndola. A mi me gusta comprar fruta, pues muchos de los comerciantes son los productores y aunque no es nada barata, sí tiene gran calidad. Esta mañana, por ejemplo, hemos comprado un melón enorme de Villaconejos que me ha recordado por su olor a mi infancia.
Los puestos de fruta, se encuentran al final de la avenida, junto a los camiones de abastecimiento que limitan el recinto. Tienen una gran oferta de productos de temporada: tomates raff de los mejores, melocotones, fresas, pimientos, sandías cerezas, naranjas…etc
Siempre hay que tener cuidado. Porque compramos demasiado, y luego casi no podemos llevarlo hasta el coche.
El ambiente es muy alegre y ruidoso, porque todos en general hablamos alto.
-Me aficioné al mercadillo en París, allí es donde todo el mundo compra. Los supermercados son como” las tiendas de los olvidos” y la compra se hace en el mercadillo de cada barrio.
-El mercadillo en Paris es diferente, es más cosmopolita. Tiene un ambiente acogedor.
-Los bulevares cambian de aspecto, es un archipiélago de puestos de fruta, pan, queso, carne pollo, pescado, verdura, pastelería. Es un mercado mestizo donde se hablan una docena de lenguas, pero casi todas en voz baja. Solo se oyen de vez en cuando los gritos de algunos vendedores anunciando su mercancía.
-La gente se pasea entre los puestos con su carrito de tela, sus cestos de mimbre o sus bolsas de malla. Son muy ecologistas y están muy concienciados con utilizar el plástico lo menos posible. Todo tiene un sabor antiguo. Parece un mercado de hace 50 años. Hay puestos de pescado y de carne al aire, sin instalaciones frigoríficas.
La gente va en bici, con un cestito delante. Les preocupa el medio ambiente y a menudo te dan panfletos atacando los envases modernos. Lo más bonito son las flores. Es curioso que con lo caro que es todo en París siempre encuentras preciosos ramos de flores frescas a muy buen precio. Pero lo peor del mercadillo parisino llega cuando se acercan las 2 de la tarde. Todo el mundo parece que se ha vuelto loco. Los comerciantes empiezan a meter en sus camiones las cajas con las mercancías sobrantes, y todo lo que ya no vale o simplemente no quieren, lo tiran al suelo. ¡Parece mentira!,tanta educación y tantos modales y al terminar el mercadillo el bulevar queda envuelto en un olor repugnante a pescado, carne queso, fruta podrida y a nadie parece sorprenderle. Menos mal que aparecen una cuadrilla de empleados de la limpieza con unas mangueras gigantescas que arrastran todo y lo dejan limpio, pero el mal olor dura varias horas.
Aquí al terminar todo parece revuelto y desordenado, pero los propios vendedores ayudan a recoger y a nadie se le ocurre tirar las sobras al suelo.
-En mi próximo viaje a París voy a investigar si esta fétida costumbre es moderna o tradicional en los mercadillos de comida.